Contigo tuve vida de ermitaña
me supiste apartar de lo mundano
me quisiste solo para ti
y viví agarrada de tu mano.
De repente, y sin saber por qué,
las aguas ya no mueven el molino,
el cielo no cesa de llorar,
yo ando, perdida en el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario