Perdido entre arboledas,
llega el labrador,
vestido de domingo
con su camisa blanca,
solo se nota la vida mísera que lleva,
por el remiendo del pantelón,
muy bien cosido, eso si, con puntadas pequeñas,
su alegría es fingida, no es firme,
solo está hilvanada,
él está perdido en su estrechez,
en molinos sin grano,
en despensa vacia,
en hijos varones, que Dios no quiso darle
como ayuda en el campo,
solo tiene el amor de sus hijas,
pero el amor,solo alimenta el alma.
2 comentarios:
Isabel, dices que el labrador, solo tiene el amor de sus hijas,pues ya es mucho, hay personas que no tienen ni eso.
Tienes razón, a veces nos lamentamos de lo que nos falta, y no apreciamos lo que tenemos, ¡que es mucho! graciasssssssssss
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