Es la hora bruja,
una estrella me hace un guiño,
y se oculta tras la luna.
Te busco en el firmamento
para conversar contigo,
esta noche, no te encuentro.
Prometeme que algún día,
bailaremos allá arriba
ya que somos energía.
Allí reinara la paz,
como mucho, una pelea
de plumas y de algodones,
no de balas y cañones,
como hacemos por aquí.
N o habrá paz mas duradera,
ni un amor, tan absoluto,
para el alma que se eleva.
Cuando noche y día se encuentran,
a la hora del crepúsculo,
donde no existen fronteras.
Si prestamos atención...
Pero señales de amor.